LUGARES DE MEMORIA: LOS HOMBRES SIN
HISTORIA SON LA HISTORIA
A
estas alturas del partido el proyecto Lugares
de memoria resalta la premisa de reflexionar y reconocer la importancia de
las diversas dimensiones del ser humano; estas son, según el MEN, civil,
política, económica, social, sexual y ambiental (MEN, 2011, pág. 15) .
Apostamos porque el estudiante se asuma como sujeto elucubrador de sentido
dentro de la escuela, se piense sobre estas dimensiones y se proponga validar o
refutar la importancia de su función social como estudiante ciudadano. Es
frecuente advertir que el discurso pedagógico se torna en un cauce poco
visitado por los estudiantes o incluso por los mismos docentes. El discurso va
por un lado y la realidad de cada estudiante se encamina por uno distinto. Se
abandona el dialogo sobre lo fundamental en la escuela, que debiera ser la
posibilidad de discutir lo que ha sido, es y será lo humano a merced de tantos
cambios y tanta racionalidad instrumental. Si lo humano es dinámico
(contraculturas, exclusión, desigualdad, etc.), la característica en la escuela
es la inmovilidad soportada en lo fundamental, la dignidad humana, tal como
reza en el primer artículo de la Constitución Política vislumbrando un Estado
Social de Derecho (Constitución,
1991, pág. 13) . Si se logra
validar ese común acuerdo, la dignidad como soporte de la escuela, la discusión
sobre la importancia de las diversas temáticas surgidas será más legítima.
Otra
cosa que nos ha enseñado hasta el momento el desarrollo del proyecto, es que la
escuela es el espacio a donde llega el mundo que en realidad es muchos mundos
aunque al final todos se anclen a una realidad política y socioeconómica que
ata lo humano, o lo modela, o lo subvalora hasta el punto de hacer de la noción
de dignidad, un concepto que ya perdió su aura, su peso, su raíz. Entonces si a
la escuela llega el mundo que es muchos mundos atados a una realidad política y
socioeconómica ¿Cuál es la función de la
escuela? Pensamos hasta el momento que una de las funciones interesantes, sería
la posibilidad de llevar la escuela a la calle, al mundo, a esos mundos, hasta
que se logre pensar el sentido de lo que nos ata y nos modela. Llevar la
escuela a la calle y hacer de nuestros espacios vitales un espejo, una
provocación y una posibilidad de dignificación. ¿Acaso esto no es encarnar ciudadanía?
¿Comprender el sentido de la escuela como ese saber discutido y construido en
las aulas, de tal manera que podamos llevarlo a la calle para pensar-nos en
esos mundos reales y posibles? El discurso debe ser encarnado para que la
pedagogía surja, de lo contrario puede caer en una farsa, y conscientes de esto
decidimos intentar llevar la escuela a la calle haciendo del mundo un pre-texto
para concretar proyectos de vida, de barrio, de ciudad y de país.
Lo
interesante del asunto es que tenemos un elemento poderoso que soporta el
diseño de estos proyectos, la Constitución Política de 1991. La dignidad
atraviesa este libro. La tesis entonces es que para solucionar nuestros
problemas deberíamos comenzar a aplicar y respetar la Constitución, aún cuando
existan miles de baches que sortear, baches que incluso la misma Constitución
ha tenido que padecer a lo largo de
estos años.
Y
así avanza el proyecto, desde la necesidad de validar la noción de autonomía
opuesta a la noción de heteronomía. Partimos del planteamiento kantiano sobre
la mayoría de edad en su texto ¿Qué es la
Ilustración? Para Kant el problema de la autonomía consiste en la cobardía
de atreverse a pensar por propia cuenta:
La minoría de edad significa la incapacidad de servirse de
su propio entendimiento sin la guía de otro. Uno mismo es culpable de esta
minoría de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de
entendimiento, sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la guía de otro (Kant, 1988, pág. 9 a 19) .
Retomamos
la provocación kantiana y la aplicamos a la posibilidad de atrevernos a crear
saber de manera que encarnemos la escuela y la función social que tenemos como
estudiantes en una sociedad necesitada de imaginación que se proponga como
objetivo condenar la barbarie y recordar la dignidad y la democracia. La falta
de imaginación es lo que mueve al hombre a la barbarie ha dicho Jorge Luis
Borges en ese bello cuento El informe de
Brodie, así que el soporte del proyecto serán el asombro y la imaginación.
De esta manera llegamos a valorar y proponer el concepto de Proyectos de creación de manera que el
soporte estético sea a la vez soporte axiológico y ontológico.
Tenemos
entonces que un buen número de estudiantes han propuesto temáticas sobre las
cuales reflexionar y pensar los problemas de la memoria y de la dignidad en un
contexto oficial que masifica y aliena. Se han clasificado estas temáticas
(Lluvia de ideas) en líneas de investigación concretas: Lugares de memoria,
Historias de barrio o de vereda, Historias de vida, Género, Lecturas y escrituras,
etc. Estamos seguros de que si algo comparten la creación estética y la
creación investigativa, son la imaginación y el rigor, así que la exigencia ha
permitido algunos productos que se encuentran en CRÓNICAS o en CREACIÓN, en el
siguiente blog, y que han sido o serán publicados en la Revista Clepsidra, que
modestia apártate, puede estar siendo la única publicación de este tipo en esta
parte del país.
Aclaramos
que el Proyecto Lugares de memoria, los
hombres sin historia son la historia ha arrojado más reflexión teórica por
parte del docente que dirige la experiencia y el proyecto macro; estas
reflexiones se encuentran en un artículo que será enviado a publicación en una
revista universitaria que lo rechazaría si se ha publicado en otro sitio. Sin
embargo es anecdótico e interesante agregar que como ponencia fue rechazado
para participar en uno de tantos congresos de pedagogía; el citado se realizó
en la UPTC de Tunja, en octubre del 2013 (en la mesa de Ciencias sociales). No
deja de resultar curioso que los expertos en pedagogía ofrezcan espacios para
socializar y debatir este tipo de proyectos e iniciativas didácticas pero a su
vez, en serio, no permitan el debate en esos espacios ofrecidos. Hay un vacío
entre lo que se denomina “Educación superior” y los maestros que día a día se
enfrentan a una realidad de se mofa de estos discursos simulados de expertos
que educan a las futuras generaciones de maestros, es decir, una cosa es el
discurso pedagógico de las facultades de educación y otra cosa es la pedagogía
encarnada que tienen que develar y construir sus egresados. Quizás estas puedan
ser otras dos conclusiones que ha arrojado el proyecto (y que sirven para
finalizar esta presentación). La primera, la vocación se construye. La segunda,
a la escuela llegan niños, jóvenes y adultos, los primeros para aprender a ser
estudiantes, los segundos no sólo a trabajar, también llegan a aprender a ser
Maestros. Dejamos hasta aquí por ahora. Cualquier inquietud o aporte
escribanos: clepsidrasantoto@gmail.com.
El
Editor.
BIBLIOGRAFIA
Constitución.
(1991). Constitución Política de Colombia. Bogotá: Leyer.
Kant, I. (1988). ¿Qué es la Ilustración? Madrid:
Tecnos.
MEN. (2011). Orientaciones
para la institucionalización de las Competencias Ciudadanas. Cartilla 1.
Brújula. Bogotá: MEN.