SI MAÑANA DESPIERTO

ARTE POÉTICA

Por Jorge Luis Borges
Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.


AJEDREZ

Por Jorge Luis BorgesI

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?

SIRENA
Por Mario benedetti
Tengo la convicción de que no existes y sin embargo te oigo cada noche te invento a veces con mi vanidad o mi desolación o mi modorra del infinito mar viene su asombro lo escucho como un salmo y pese a todo tan convencido estoy de que no existes Que te aguardo en mi sueño para luego.
HOMBRE PRESO QUE MIRA A SU HIJO
Por Mario Benedetti
Cuando era como vos me enseñaron los viejos y también las maestras bondadosas y miopes que libertad o muerte era una redundancia a quién se le ocurría en un país donde los presidentes andaban sin capangas que la patria o la tumba era otro pleonasmo ya que la patria funcionaba bien en las canchas y en los pastoreos
realmente botija no sabian un corno pobrecitos creían que libertad era tan sólo una palabra aguda que muerte era tan sólo grave o llana y cárceles por suerte una palabra esdrújula
olvidaban poner el acento en el hombre
la culpa no era exactamente de ellos sino de otros más duros y siniestros y éstos sí cómo nos ensartaron con la limpia república verbal cómo idealizaron la vidurria de vacas y estancieros
y cómo nos vendieron un ejército que tomaba su mate en los cuarteles
uno no siempre hace lo que quiere uno no siempre puede por eso estoy aquí mirándote y echándote de menos
por eso es que no puedo despeinarte el jopo ni ayudarte con la tabla del nueve ni acribillarte a pelotazos
vos sabés que tuve que elegir otros juegos y que los jugué en serio
y jugué por ejemplo a los ladrones y los ladrones eran policías
y jugué por ejemplo a la escondida y si te descubrían te mataban y jugué a la mancha y era de sangre
botija aunque tengas pocos años creo que hay que decirte la verdad para que no la olvides
por eso no te oculto que me dieron picana que casi me revientan los riñones
todas estas llagas hinchazones y heridas que tus ojos redondos miran hipnotizados son durísimos golpes son botas en la cara demasiado dolor para que te lo oculte demasiado suplicio para que se me borre
pero también es bueno que conozcas que tu viejo calló o puteó como un loco que es una linda forma de callar
que tu viejo olvidó todos los números (por eso no podría ayudarte en las tablas) y por lo tanto todos los teléfonos
y las calles y el color de los ojos y los cabellos y las cicatrices y en qué esquina en qué bar qué parada qué casa
y acordarse de vos de tu carita lo ayudaba a callar una cosa es morirse de dolor y otra cosas morirse de verguenza
por eso ahora me podés preguntar y sobre todo puedo yo responder
uno no siempre hace lo que quiere pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere
llorá nomás botija son macanas que los hombres no lloran aquí lloramos todos
gritamos berreamos moqueamos chillamos maldecimos porque es mejor llorar que traicionar porque es mejor llorar que traicionarse
llorá pero no olvides.
CERO PROBLEMA   por Nicanor Parra  La economía para la derecha  la política para la Democracia Cristiana  y la Cultura para la clase trabajadora  ATRIBUIDO A RULFO  Según don Nicanor   Nos salvamos juntos  o nos hundimos separados DE LA HISTORIA Por Batania, en el Neorrabioso Si coges un libro de historia y lo aprietas con las manos verás salir por sus costuras regueros de sangre Ábrelo leerás que los vencedores siempre apelan a Dios y a la ley y a la verdad y a la patria, pero ganaron porque tenían más soldados más cañones más caballos y generales que estudiaban mejor las líneas rojas de los mapas ESCRITURA
Por José Manuel Arango la noche, como animal dejó su vaho en mi ventana por entre las agujas del frío miro los árboles y en el empañado cristal con el índice, escribo esta efímera palabra ¿QUÉ PUTAS PUEDO? Por Jaime sabines ¿Qué putas puedo hacer con mi rodilla, con mi pierna tan larga y tan flaca, con mis brazos, con mi lengua, con mis flacos ojos? ¿Qué puedo hacer en este remolino de imbéciles de buena voluntad? ¿Qué puedo con inteligentes podridos y con dulces niñas que no quieren hombre sino poesía? ¿Qué puedo entre los poetas uniformados por la academia o por el comunismo? ¿Qué, entre vendedores o políticos o pastores de almas? ¿Qué putas puedo hacer, Tarumba, si no soy santo, ni héroe, ni bandido, ni adorador del arte, ni boticario, ni rebelde? ¿Qué puedo hacer si puedo hacerlo todo y no tengo ganas sino de mirar y mirar? EL CABALLO DE CALÍGULA Por Héctor Carreto Cómo se indignó el Senado cuando irrumpió el caballo del césar y ocupó una curul. Tenían razón: un corcel no cabe en un establo de asnos. ÁNIMO Por Juan José Millás Tomo notas, indistintamente, con un bolígrafo o con un lápiz colocados junto al ordenador, sobre un cuaderno escolar, de rayas. Al lápiz hay que sacarle punta de vez en cuando, lo que constituye una actividad artesanal que sirve también para la reflexión. Pero la diferencia más notable entre él y el bolígrafo es su modo de perecer. El bolígrafo no cambia de apariencia ni siquiera cuando se encuentra en las últimas. Y deja un cadáver tan curioso que nadie diría que está muerto si no fuera porque no pinta nada ya, aunque resucite a veces de improviso y trace un par de líneas, incluso un párrafo, antes de volver a expirar. La gente se resiste a desprenderse de los bolígrafos vacíos porque continúan como nuevos. Sólo se consumen por dentro, en fin, y siempre se acaban a traición, como el butano. El lápiz, en cambio, agoniza por dentro y por fuera a la vez, y deja un cadáver mínimo, un detrito del que uno se deshace sin ningún sentimiento de culpa. Punto y aparte. La naturaleza presenta casos semejantes al del bolígrafo. Ahí está el caracol, que envejece sin una sola arruga exterior, sin un fruncido. Y no hay que sacarle punta cada poco: él mismo, mientras vive, asoma los cuernos al sol, caracol quiscol, y una vez muerto, si te encuentras la concha en un tiesto o en el agujero de un árbol, la guardas en el bolsillo y al llegar a casa la colocas junto a los bolígrafos difuntos. Tenemos una pasión curiosa por la cáscara, de ahí la afición a las cajas, sobre todo a las cajas fuertes. Hay personas que coleccionan pastilleros vacíos, que viene a ser lo mismo que guardar bolígrafos sin tinta, con los que sólo se pueden escribir poemas inexistentes, que muchas veces son los mejores. Pese a todo, tal vez sea más digna la actitud existencial del lápiz que la del bolígrafo, la de la babosa que la del caracol, aunque no dejen cáscara para los arqueólogos. Conviene sacarse punta cada mañana, pese al espanto de ver cómo se agota uno. Lo complicado de sacarse punta es saber cuánto te tienes que afilar para escribir lo suficientemente claro sin romperte antes de que hayas acabado la novela o la vida. Pero eso constituye un ejercicio de conciencia, y quizá de consciencia, bastante saludable. Ánimo. AMÉRICA LATINA Roque Dalton El poeta cara a cara con la luna fuma su margarita emocionante bebe su dosis de palabras ajenas vuela con sus pinceles de rocío rasca su violincito pederasta. Hasta que se destroza los hocicos en el áspero muro de un cuartel. ARTE POÉTICA 1974 Roque Dalton Poesía Perdóname por haberte ayudado a comprender que no estás hecha sólo de palabras. PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA César Vallejo Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo. Me moriré en París -y no me corro- tal vez un jueves, como es hoy, de otoño. Jueves será, porque hoy, jueves, que proso estos versos, los húmeros me he puesto a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto, con todo mi camino, a verme solo. César Vallejo ha muerto, le pegaban todos sin que él les haga nada; le daban duro con un palo y duro también con una soga; son testigos los días jueves y los huesos húmeros, la soledad, la lluvia, los caminos...


SOLO

VÍCTOR GAVIRIA

No espantes
las moscas en la mesa
Pasas con cuidado las páginas
para no inquietarlas


COLOMBIA ES UNA TIERRA DE LEONES

JUAN GUSTAVO COBO BORDA

País mal hecho
cuya única tradición
son los errores
Quedan anécdotas;
chistes de café,
caspa y babas
Hombres que van al cine solos
Mugre y parsimonia.

LA ROPA DE LOS MUERTOS                                                                             Francisco Hernández

¿Qué se hace con la ropa de los muertos?
¿Se rasga para no recordar la corpulencia
que animaba sus tonos?
¿Se usa para borrar los ojos
que se desprecian en la aurora?
¿Se tira a la basura como un mapa
que no sirvió para encontrar tesoros?
¿Se llena de aserrín para espantar
el hambre de los pájaros?
¿Qué se hace con la ropa de los muertos?

RETRATO DE UNA FAMILIA IRAQUÍ                                                                              Orcar Hahn

El padre de turbante
y denso bigote negro
con los brazos cruzados
a la izquierda su esposa
con abaya bordada
y velo blanco
Ahmad y Zainab
los dos hijos pequeños
tomados de la mano
Los abuelos sentados
en un sillón de mimbre
Todos ellos sonriendo
desde una foto a medio chamuscar
hallada entre los escombros
de su casa
después del bombardeo