SI MAÑANA DESPIERTO 2

ESCENA DE MARBELLA

por Rómulo Bustos Aguirre

Junto a las piedras está Dios bocarriba
Los pescadores en fila tiraron largamente de la red
Y ahora yace allí con sus ojos blancos mirando al cielo
Parece un bañista definitivamente distraído
Parece un gran pez gordo de cola muy grande
Pero es solo Dios
hinchado y con escamas oscuras
¿Cuánto tiempo habrá rodado sobre las aguas?
Los curiosos observan la pesca monstruosa
Algunos separan una porción y la llevan para sus casas
Otros se preguntan si será conveniente
comer de un alimento que ha estado tanto tiempo
expuesto a la intemperie


DEL CANGREJO ERMITAÑO

por Rómulo Bustos Aguirre

Rara costumbre la del cangrejo ermitaño
Se le va la vida buscando caparazones de otros moluscos,
latas, recipientes vacíos
toda suerte de objetos cóncavos
abandonadas por sus antiguos huéspedes para instalarse en ellos
Es posible que todo se deba
a una compulsión turística por la novedad
O a un síndrome de inestabilidad casi metafísica
O a simple ejercicio peripatético de quien tiene
demasiadas patas que ejercitar
¿O habrá algo más de fondo en todo esto?
Quizás convenga preguntar
al secreto cangrejo ermitaño que habita
en cada uno de nosotros
Ese que, sin duda, acaba de escribir este poema


TIEMPO DE SEGAR

Por Jorge Eliécer Ordóñez


En Senegal
país de cabras
y mujeres invisibles
ovillando la luna,
cuando muere el poeta
lo sepultan
en el tronco viejo
de un árbol

Al verano
escasea el agua y la comida
Entonces
pájaros migratorios
vienen a picotear
la madera que canta.

POEMA SI MAÑANA DESPIERTO

de Jorge Gaitán Durán


De súbito respira uno mejor y el aire de la primavera
llega al fondo. Mas sólo ha sido un plazo
que el sufrimiento concede para que digamos la palabra.

He ganado un día, he tenido el tiempo
en mi boca como un vino.

Suelo buscarme
en la ciudad que pasa como un barco de locos por la noche.

Sólo encuentro un rostro: hombre viejo y sin dientes
a quien la dinastía, el poder, la riqueza, el genio,
todo le han dado al cabo, salvo la muerte.

Es un enemigo más temible que Dios,
el sueño que puedo ser si mañana despierto
y sé que vivo.

Más de súbito el alba
me cae entre las manos como una naranja roja.
ANUARIO MÍNIMO (1960-2010)
POR EDUARDO CHIRINOS


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conservo una fotografía en la que aparezco pequeñito con un abecedario
en las manos. La fotografía está debidamente coloreada y forma parte
de una serie: en una sostengo un mapache de goma, en otra luzco una
gorrita verde, en otra le sonrío al fotógrafo. Se trata de fotografías
comunes y corrientes, pero no sé por qué la del abecedario me
inquieta. Tal vez porque en ella me veo analfabeto y curioso, sin
sospechar que en ese instante tenía el mundo en mis manos. Ese mismo
mundo que ahora me empecino en abarcar con palabras. Inútilmente,
además.


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entre las muchas maneras de estimular la composición en sus
estudiantes, la de hacernos escuchar música era la preferida de mi
profesor de quinto de primaria. A mí me gustaba ese método. Mi
profesor sabía elegir las piezas y nos instaba a aprender de memoria
el nombre de sus compositores. Un día nos hizo escuchar la Danse
macabre de Camille Saint-Saëns. Ninguno de nosotros sabía que se
trataba de la Opus 40 ni que estaba inspirada en un poema de Cazalis,
el famoso amigo de Mallarmé. Yo me entusiasmé en mi composición.
Imaginé esqueletos saliendo lentamente de las tumbas, parejas de
esqueletos bailando vals, esqueletos asustados con el canto del gallo
y la llegada interruptora de la luz. Luego de recoger las
composiciones, el profesor se entretuvo leyendo en voz alta algunas de
ellas sin mencionar a sus autores. Eligió la mía. A la mitad de su
lectura no pudo más y empezó a reírse. Mis compañeros de clase
empezaron a reírse. Alarmado frente a la posibilidad de ser
descubierto, yo también empecé a reírme.


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sueño recurrente. Me encuentro en un evento social (una conferencia,
una cena elegante, una reunión de trabajo) y descubro de pronto que me
falta un zapato. Lo extraño del sueño es que ninguno de los presentes
parece percatarse de esa falta. Adivino en su gesto una muestra de
cortesía, lo que en vez de aliviarme me abochorna todavía más. Trato
de no moverme, de pasar desapercibido, pero es inútil. Todos tienen
algo que decirme y me abrazan deseándome buenas noches. Yo sonrío como
puedo, esperando que de una vez por todas suene el despertador.


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durante años me acompañó esa imagen. Un hombre fuerte y sudoroso
encadenado al remo en una galera de esclavos. Un tambor marcaba el
ritmo un-dos-un-dos y un látigo de siete puntas le recordaba que no
era posible cansarse. Al poco tiempo vi la película (función doble en
el cine Roma) y supe que Ben-Hur lo escribió un general americano
llamado Lewis Wallace. Wallace era gobernador de Nuevo México cuando
tuvo el caso de un joven pistolero llamado Henry McCarty, llamado
William Bonney, llamado Billy the Kid. Dicen que por andar escribiendo
la novela dejó que lo mataran una noche de 1881. A esa muerte le
debemos infinidad de películas, la gloria de Charlton Heston y algunas
canciones de Bob Dylan.


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maneras de desaparecer. Usar audífonos es una manera de desaparecer.
Escuchar música es una manera de desaparecer. Olvidar en una plaza
nuestro segundo nombre es una manera de desaparecer. Llorar a solas es
una manera de desaparecer. Aunque no parezca sonreír es una manera de
desaparecer. Dibujar mientras los otros hablan es una manera de
desaparecer. Aparecer es una manera de desaparecer. Hablar sobre uno
mismo es una manera de desaparecer. Escribir poemas es una manera de
desaparecer.


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nada más alejado de la infancia que la adolescencia. Todo adolescente
lucha por percibirse como adulto, por construir una muralla que lo
separe para siempre del niño que fue. Luego se pasa la vida borrando
minuciosamente a ese niño, hasta que consigue olvidarlo. Eso es lo que
cree. Pasados los cuarenta (la edad es tentativa) la muralla ha cedido
a la incuria del tiempo: hemos olvidado repararla, hay tramos
destruidos por la lluvia, bloques desperdigados por aquí y por allá.
Despreocupado del tiempo un niño juega en los escombros. Descubrimos
entonces que siempre estuvo allí, que nos estaba esperando. ~


LUGAR COMÚN, EL MIEDO

Por John Jairo Junieles


Por miedo a los espantos, mi hermano y yo íbamos a orinar juntos a la
cola del patio.
Los fantasmas se ven con los ojos de la nuca —decían los viejos—: “Y
si hay azufre en el aire, es mejor salir corriendo, aunque se orinen
los pantalones”.
De noche la luna multiplicaba las sombras del patio.
El viento sonaba en la hojarasca como una cadena que se arrastra (la
respiración se volvía difícil, recuerdo)
Aquel tiempo ha pasado y la memoria guarda la dicha de compartir el miedo.
A veces, cuando se peina ante el espejo, mi hermano interrumpe, se
voltea, y presiente que alguien se esconde tras las cortinas.
También lo acompaño, por encima del hombro, cuando toma sus alimentos,
o por las noches, cuando lee sus libros de lejanas tierras: Marruecos,
Tánger, Sudán, Mauretania...
Como ahora, que lee estas palabras que escribí en el margen de una
página, y que ambos hemos leído.
Se vuelve, mira a través de mí, y descubro el miedo en su rostro. Pero
ya no puedo decirle: “Tranquilo, sólo estoy jugando”. Y empiezo a
sentir miedo de mí mismo.



LOS CUERVOS


Por John Jairo Junieles



Desde niño una bandada de cuervos me persigue en sueños buscando
sacarme los ojos.
Un domingo solitario con la familia de viaje. Hago reparaciones en la
casa, arranco el papel tapiz que cubre las paredes de mi habitación.
Entonces descubro cuervos dibujados en la pared por una mano obsesiva
y temblorosa. Una nube de plumas negras cargada de presagios.
El viento cierra la puerta con fuerza, y me quedo allí, en el centro
de la habitación, con los puños cerrados y los ojos abiertos.


Por Samuel Taylor Coleridge (1772-1834)

¿Y si durmieras?
¿y si en sueños, soñaras?
¿y si en el sueño fueras al cielo,
y allí cogieras una extraña y hermosa flor?
y si, al despertar...
tuvieras esa flor en la mano?


ARTE POÉTICA X

Por Mario Santiago Papasquiaro

(para Norman Sverdlin Claudio Bolzman & Gustavo Múgica)


Pide 1 deseo
me gruñeron en la Polizeigeufauzen de Viena
& yo/ me puse el penacho de Moctezuma
volví a fusilar a Maximiliano
canté con mi tiroides más dulce: Thanatos Go Home
zapateé la danza
que pone a gritar a la lluvia
volví engrudo el mito de los 7 suicidios del gato
& exigí la desnudez sin canela ni azúcar
de todas las posibilidades
la reencarnación en chinga de todo poema-erupción


DEVOCIÓN CHEROKEE

Por Mario Santiago Papasquiaro

Poesía atroz, te amo de siempre, Patees, silbes, muerdas o vueles
Bendita mía , pétalo santo, bendita mía, coño encharcado.
Mi yo eres tu, vamos al rastro,
Sangre de palpitos belleza alada
Rompes mis ancas me traes de un alba
Rompes mis ancas me traes de un alba
Sin otra opción hurgo en tus astros a gatas
Escribo, meo, cojo, me embriago, bailo con ratas.
Sin otra opción hurgo en tus astros a gatas
Escribo, meo, cojo, me embriago, bailo con ratas.
De un sol obtuso, vidrio de barda,
No me regreses plasma gandalla
En ti soy otro, pulso mis ganas, en ti soy otro, ¡afilo mis garras!
No hay muerte, no hay calma, contigo, oleajes, lunas, Saharas
El riel de un hueco, los colmillos de un puerco
El riel de un hueco, los colmillos de un puerco
Sin otra opción hurgo en tus astros a gatas
Escribo, meo, cojo, me embriago, bailo con ratas.
Sin otra opción hurgo en tus astros a gatas
Escribo, meo, cojo, me embriago, bailo con ratas.
Poesía atroz, te amo de siempre, patees, silbes, muerdas o vueles
Bendita mía , pétalo santo, bendita mía, coño encharcado.
Muevo el rostro, no escupo nada, mas te miro, soy tu delirio
Soy tu destello, eres mi hacha, soy tu destello, poesia atroz eres mi hacha
?Más alla de la poesía la rata ruge
locamente sin retorno
siempre el juego, el estado beligerante
flecha lanzada sin cesar
a contracorriente
flecha lanzada sin cesar
cara a cara de la muerte
mas loca y mas ansiosa
de cerca, de lejos, convulsivamente
y voz desgarradora?
Sin otra opción hurgo en tus astros a gatas
Escribo, meo, cojo, me embriago, bailo con ratas.